Bajo este título se esconde toda una filosofía de pensamiento en torno a uno de los actos más importantes de nuestra vida: comer. A veces no sabemos, otras no queremos, pero siempre puede existir un problema a la hora de aprender a comer correctamente.
El hecho de someterse a una dieta supone un verdadero trauma para la mayoría de quienes ya de por sí, sufren por un exceso de peso. Si a esto añadimos el hecho de que la mayor parte de ellas fracasan, el resultado es la infelicidad absoluta y un profundo sentimiento de frustración para quienes se someten a esta “pequeña tortura”.
Hoy en día tenemos un problema: el mundo desarrollado está a dieta, mientras el resto pasa hambre.
En la actualidad nos limitamos a recibir infinidad de consejos y nos bombardean los anuncios comerciales que parecen descubrirnos los últimos secretos aún no descubiertos: una poción mágica, una píldora fantástica, el método secreto seguido por un famoso que finalmente nos conducirá a ser capaces de reconquistar nuestro peso ideal.
Pero, ¿qué se esconde detrás de una dieta?
Estar a dieta significa poner en marcha tu cronómetro y al ritmo de 1,2…o cuatro semanas pararás.
Hacer dieta indica que comienzas un período de tiempo que vas a abandonar, seguro, porque está abocado al fracaso.
Hacer dieta significa que llevas dos vidas: una en la que estás a dieta y otra en la que no, e inicias una competición para medir cuál es más fuerte, cuál va a triunfar.
Hacer dieta es igual a tortura y esa tortura…no suele alargarse en el tiempo.
Hacer dieta supone el principio del fallo en la búsqueda de la salud.
Hacer dieta te conduce a errores sobre los patrones de nutrición deseados.
Este podría ser el resumen de la vida insana de quien vive en una búsqueda continua para conseguir sentirse saludable sometiéndose a una dieta. En estos casos la intención viaja por delante y siempre es buena; sin embargo lo verdadero es que enfermamos mientras hacemos dieta. La propia Organización Mundial de la Salud nos informa de que «las dietas malsanas y la inactividad física son importantes factores de riesgo de enfermedades crónicas».
Todo lo anterior nos lleva a la conclusión que titula este post: las dietas deberían prohibirse.
Hacer dieta…no hacer dieta…perder peso…ganar peso: secuencia peligrosa que se suele seguir en este proceso interminable.
Come solo aquellos alimentos para los que estamos diseñados genéticamente como humanos mientras disfrutas observando tus niveles de peso y tu salud en los parámetros correctos. Y todo ello obtenido fácilmente, de manera tranquila, reposada, y para siempre. #BePAleo