Si tienes osteoporosis deja de hacer esto ahora mismo o empeorarás tu enfermedad

La osteoporosis es una patología que debilita los huesos, haciéndolos más frágiles y propensos a las fracturas incluso ante impactos leves o movimientos cotidianos. Si has recibido este diagnóstico, existen actividades, ejercicios y hábitos que deberías suspender de inmediato para evitar que tu enfermedad empeore gravemente. Adoptar precauciones es fundamental, ya que ciertas prácticas pueden incrementar considerablemente el riesgo de fracturas vertebrales, de cadera y otras complicaciones óseas.

Movimientos y ejercicios que debes evitar con osteoporosis

El ejercicio es clave para la salud ósea, pero no todos los movimientos son adecuados en caso de pérdida severa de masa ósea. Existen ciertos ejercicios y actividades que están contraindicados y que pueden favorecer fracturas o deformidades en la estructura ósea debilitada por osteoporosis. Estos son los más importantes a evitar:

  • Saltos, movimientos de alto impacto y ejercicios explosivos: Toda actividad que implique saltar a la cuerda, clases de step, aeróbicos de alta intensidad o correr en superficies irregulares eleva el riesgo de fracturas en cadera, columna y extremidades inferiores. La razón es que estos impactos superan la capacidad de resistencia de los huesos debilitados.
    Incluso actividades como caminar en pendientes pronunciadas o trotar pueden ser peligrosas si no se realiza con precaución y orientación médica.
  • Deportes con cambios rápidos de dirección: Baloncesto, fútbol, tenis y béisbol implican giros bruscos, saltos y contacto físico, todos factores que predisponen a caídas y fracturas en huesos osteoporóticos, en especial en las áreas de fémur, cadera y espalda baja.
  • Flexión y torsión excesiva de la columna: Movimientos donde la columna se dobla más allá de su rango normal, como ocurre en algunas posturas de yoga, pilates y ejercicios abdominales tradicionales (por ejemplo, roll down, flexiones profundas) deben evitarse, ya que pueden causar microfracturas vertebrales o incluso colapsos de vértebra.
  • Golf y deportes similares: El movimiento de flexión y rotación brusca que implica el swing del golf o al agacharse repetidas veces para recoger la pelota puede dañar la columna vertebral, favoreciendo microfracturas o fracturas por compresión.
  • Cualquier actividad que implique riesgo de caídas: Patinaje, esquí y deportes extremos. Las caídas, aunque sean leves, pueden significar fracturas serias o inmovilizantes en quienes tienen esta condición.

Otros hábitos y riesgos que debes dejar

El impacto negativo en la osteoporosis no se limita únicamente a la actividad física; algunos hábitos diarios pueden acelerar la pérdida de masa ósea o incrementar el riesgo de fracturas:

  • Inactividad o vida sedentaria: Permanecer largos periodos sin actividad física adecuada perjudica la salud ósea. Los huesos necesitan estímulo mecánico para mantener su fortaleza, pero debe ser ejercicio adecuado y seguro.
  • Consumo excesivo de alcohol: El abuso crónico deteriora los procesos de remodelación ósea y reduce la absorción de calcio y otros nutrientes esenciales para la fortaleza del sistema esquelético.
  • Fumar: El tabaco interfiere en la absorción de calcio y reduce la producción de hormonas esenciales para el mantenimiento de la densidad ósea, acelerando el desarrollo y progresión de la osteoporosis.
  • Dietas bajas en calcio y vitamina D: La deficiencia de estos nutrientes, así como una ingesta insuficiente de proteínas, aumenta la vulnerabilidad ósea y el riesgo de fracturas.

Por qué son peligrosos estos movimientos: riesgos reales

La osteoporosis significa que el hueso pierde densidad mineral y se vuelve poroso. En este estado, la resistencia frente a traumatismos, sobrecarga o movimientos inadecuados disminuye severamente. Las fracturas vertebrales por compresión aparecen con frecuencia tras ejercicios que provocan flexión o torsión forzada de la columna, mientras que los impactos o las caídas incrementan el riesgo de romperse la cadera, la muñeca o el fémur.

Ejercicios tradicionalmente recomendados para la salud, como los abdominales clásicos, pueden resultar perjudiciales. Las posturas de yoga que requieren una flexión de columna profunda o que fuerzan la lordosis natural pueden causar lesiones irreversibles e incluso pérdida de movilidad. El peligro no es inmediato, muchas veces estas microfracturas no se detectan rápidamente, pero causan dolor crónico, deformidades progresivas (como la cifosis dorsal) y limitan la calidad de vida.

Es importante recalcar que el avance de la osteoporosis implica también un mayor riesgo de discapacidad, dependencia e incluso mortalidad en personas mayores, por lo que la prevención de fracturas se vuelve una prioridad clínica.

Recomendaciones para moverse y vivir con osteoporosis

La limitación de movimientos peligrosos no debe interpretarse como una prohibición total de la actividad física. Por el contrario, el ejercicio seguro y adaptado es fundamental para evitar una mayor pérdida ósea y preservar la funcionalidad. Por ello:

  • Realiza ejercicios de bajo impacto, como caminar sobre superficies planas, nadar o andar en bicicleta estática bajo supervisión.
  • Incorpora rutinas de fuerza y resistencia progresiva adaptadas, como el uso de bandas elásticas o pesas ligeras; estas deben ser indicadas por un fisioterapeuta especializado.
  • Evita movimientos explosivos, giros bruscos y flexiones profundas de columna.
  • Consulta siempre a tu equipo médico antes de iniciar cualquier tipo de rutina física o variar tus hábitos.

Además, es esencial mantener hábitos saludables: no fumar, limitar el alcohol, consumir un aporte de calcio y vitamina D suficiente y tratar de mantener un peso corporal estable y adecuado.

En la medida en que la osteoporosis es una enfermedad crónica y silenciosa, la información y la prevención son tus mejores aliados. Suspende inmediatamente cualquier práctica que aparezca en las listas anteriores y acude a un profesional de la salud que te oriente sobre la mejor estrategia adaptada a tu estado, edad y particularidades clínicas. La clave para evitar complicaciones irreversibles es identificar los factores de riesgo a tiempo y actuar con responsabilidad.

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